DESARROLLO
ENDÓGENO: UNA OPCIÓN PARA EL CENTRO “PLAYA ESPÍRITU”
“No
hay ninguna receta que garantice el éxito en materia de desarrollo. Pero si hay
por lo menos dos afirmaciones ciertas: si el desarrollo se encuentra en nuestro
futuro, no será con las ideas del pasado que lo alcanzaremos; si el desarrollo
es un producto de la propia comunidad, no serán otros, sino sus propios
miembros quienes lo construyan” (Boisier, 1997: 76).
Introducción
El Centro Integralmente Planeado “Playa
Espíritu” (CIP-PE) es un proyecto turístico que se encuentra ubicado al sur del
estado de Sinaloa, en el municipio de Escuinapa. El proyecto está siendo
desarrollado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), y de
acuerdo a las características mostradas por este organismo, sería el más grande
y ambicioso que se haya construido.
Sin embargo, debe mencionarse que el
desarrollo del CIP-PE también comprende áreas de cultivo y esteros nacionales,
que por mucho tiempo han representado el sustento de numerosas familias. Por
ello la población local guarda una preocupación latente sobre los impactos
ambientales, sociales y económicos que este megadesarrollo podría causar en el
territorio.
Para mitigar dichas amenazas, en el
presente texto se propone llevar a cabo un desarrollo endógeno, donde los actores
locales sean el verdadero motor del proyecto, mediante su coordinación y
participación activa en la elaboración de políticas públicas, promoviendo y
gestionando mejoras en el entorno, y fomentando la creación de organizaciones
sociales en la comunidad. Todo ello, permitiría cuidar y preservar los
ecosistemas y la identidad cultural del municipio de Escuinapa.
Antecedentes de los centros
turísticos en México
En la década de los cincuenta, la
actividad turística da un importante salto de crecimiento, reflejándose en el
aumento masivo de turistas que se desplazaban por el mundo. Fue entonces que
México observa en dicha actividad, una interesante alternativa para su
desarrollo, sin embargo, en este tiempo, nuestro país sólo contaba con centros
turísticos catalogados hoy en día como “tradicionales” o “espontáneos”, lo que
limitaba su competitividad.
De acuerdo con Benseny (2007), los
centros turísticos tradicionales surgieron a raíz de iniciativas dispersas del
sector privado, sin embargo, una de las principales características de estas
inversiones fue su falta de planeación urbana, provocando la pérdida de las
identidades culturales y la eliminación de un gran número de ecosistemas en los
territorios donde se establecieron. Ejemplos claros donde se cumplieron estos
graves descuidos fueron: Acapulco, Mazatlán, Puerto Vallarta, Puerto Escondido
y Manzanillo. Anteriormente, estos centros solamente se limitaban a ofrecer al
turista los productos de sol y playa, y hoy en día, para mantenerse vigentes
ante las necesidades del turista actual han tenido que incorporar a su oferta
otros productos, como son: gastronomía, aventura y cultura de los lugares.
Al ver las fuertes limitaciones que
presentaban en aquella época los centros tradicionales, debido a su poca oferta
de productos turísticos y a los daños que ocasionaban en el entorno social y
ambiental, México intentó realizar cambios importantes con el objetivo de
lograr una competitividad en el rubro turístico. Para ello, un organismo
gubernamental que fue el Banco de México, desempeñó una labor fundamental
realizando múltiples investigaciones, buscando encontrar nuevas formas y
lugares para la creación de desarrollos turísticos, sin las limitaciones que
presentaban los centros tradicionales. Fue así como surgieron a finales de la
década de los sesenta, los llamados Centros Integralmente Planeados (CIP´s).
Según Benseny (2007) los CIP’s son polos
de desarrollo proyectados a mediano y largo plazo, que se establecieron en
territorios de la República Mexicana considerados marginales en aquella época.
Estos centros tuvieron el objetivo de activar la economía de esas regiones, que
hasta ese momento, eran improductivas o de poca producción económica y por si fuera poco, no contaban con
alternativas reales para su desarrollo. Las ciudades y estados donde se
localizaron fueron: Cancún en el estado de Quintana Roo, Los Cabos y Loreto en
Baja California Sur, Ixtapa Zihuatanejo en Guerrero, Huatulco en Oaxaca y Bahía
de Banderas en Nayarit. Al igual que en los centros turísticos tradicionales,
las principales inversiones provienen del extranjero, aunque en el caso de los
CIP´s son realizadas en su mayoría por compañías trasnacionales líderes del
sector turístico.
El organismo que se encargó de construir
y diseñar los CIP´s fue el Fondo Nacional del Fomento al Turismo (FONATUR), el
cual realizó y puso en marcha los planes de desarrollo. En tales planes se
plasmaba el aprovechamiento y protección de los recursos que ofrece el
territorio, además de buscar el mejoramiento de la calidad de vida de la
población en donde se establecen, ofreciendo al turista no solamente sol y
playa, sino la riqueza cultural de la región. Desafortunadamente, esto fue algo
que no sucedió nunca, debido a que al igual que los centros tradicionales, los
CIP´s causaron la eliminación de una gran cantidad de ecosistemas y
desencadenaron fuertes problemas sociales en los territorios donde se
establecieron.
De acuerdo a estudios realizados sobre
los CIP´s, éstos arrojan resultados no del todo favorables, debido a que aunado
al beneficio económico que han proporcionado, también han desatado fuertes
conflictos sociales y ambientales en los territorios donde se han establecido.
Por ejemplo, un estudio realizado por Mendoza Ontiveros et al (2011) sobre el impacto social causado por la construcción
del CIP Huatulco, muestra algunos efectos negativos, debido al aumento de
basura, ruido, tráfico vehicular, adicciones y el descontento de la población
por el bajo salario que les ofrece la actividad turística. De la misma forma ha
pasado con el CIP Nayarit, ubicado en el municipio de Bahía de Banderas; en el
cuál, de acuerdo con un estudio realizado por Marín Guardado (2009), se produjo
el desplazamiento de la población nativa, graves daños y destrucción en los
ecosistemas, así como el aumento de los cinturones de miseria de la población.
De esta manera, Rodrigo Gallegos
director de Tecnología y Cambio Climático del Instituto Mexicano para la
Competitividad (IMCO) declaró en la prensa el mes de agosto del año pasado que:
“el modelo de los Centros Integralmente
Planeados ha quedado fuera de las tendencias mundiales del turismo, donde el
valor principal en la actualidad es la búsqueda de experiencias y la
interacción con la naturaleza y la población local” (Noroeste, Mazatlán, 06/2013).
A pesar de todo ello, recientemente
FONATUR inició un nuevo y ambicioso proyecto turístico, denominado Centro
Integralmente Planeado Playa Espíritu (CIP-PE). Este proyecto se encuentra
localizado en las costas del municipio de Escuinapa y es promovido como el
primer CIP sustentable que se haya construido. A continuación, se comenzará por
señalar su ubicación exacta dentro del territorio mexicano.
Ubicación geográfica del CIP-PE
El CIP-PE se encuentra localizado en
Escuinapa, que geográficamente se ubica al Sur de Sinaloa y determina junto con
el municipio de El Rosario, la frontera política de Sinaloa con el estado de
Nayarit. El citado municipio colinda al Norte con el municipio de Rosario, al
sur y al este con el estado de Nayarit, y al poniente con el Océano Pacífico.
Comprende una superficie de 1633.22 kilómetros cuadrados que representan el 2.8
por ciento de la superficie del estado, lo que lo hace uno de los cinco
municipios más pequeños de Sinaloa, ocupando el lugar 13 por su extensión
(Macías Gutiérrez, 2009: 15). La figura 1 mostrará de forma clara la ubicación
del municipio de Escuinapa.
Figura 1. Ubicación del municipio de Escuinapa
en el estado de Sinaloa.
Fuente: Atlas de riesgos
para el municipio de Escuinapa, 2011: 6.
El CIP-PE se estableció en el mencionado
municipio, aproximadamente a 8 kilómetros de la cabecera municipal, en la zona
denominada como Playa las Cabras y cercano al cerro conocido con el mismo
nombre. En el proyecto se prevé que contará con un predio de 12 kilómetros de
playa frente al Mar de Cortés y con una superficie total de 2, 381 hectáreas
colindantes con las Marismas Nacionales. La figura 2, muestra la ubicación del
predio en desarrollo (FONATUR, 2012).
Figura 2. Ubicación del proyecto.
Fuente: Rojas Galaviz, 2010:
15.
Una vez descrita la ubicación exacta del
CIP-PE, a continuación se expondrán las características físicas del proyecto,
así como las principales amenazas que éstas representan para el territorio y la
población local de Escuinapa.
Amenazas que representa el
CIP-PE para la región
El proyecto del CIP-PE oficialmente está
siendo llevado a cabo por FONATUR en cooperación con los gobiernos Federal y
Estatal. Las especificaciones proporcionadas por este organismo acerca del
predio en desarrollo, en un inicio fueron las siguientes: superficie total: 2,381 has.; superficie
vendible: 951.7 has. y superficie desarrollable: 1821.3 has. Asimismo, se
tenían proyectados 43, 981 unidades de alojamiento; 3 campos de golf; 2
marinas, áreas culturales, pista
de esquí acuático, malecón, plazas públicas, zonas de agroturismo, clubes de
playa, áreas comerciales y centros recreativos.
Figura
3. Maqueta
del Centro Integralmente Planeado Playa Espíritu.
Fuente: FONATUR (2012).
Como se puede ver, al iniciar el
proyecto el predio contaría con un área total de 2, 381 hectáreas; esto lo
posiciona como el Centro Integralmente Planeado más grande que se haya
promovido anteriormente; de acuerdo a estas características, tendría casi el
doble del tamaño del CIP Cancún, que es el más importante y de mayor auge
internacional en este momento. Cabe mencionar, que el proyecto también en sus
inicios estipulaba que constaría de diez etapas y una de ajuste, planeándose
que para el año 2025 contara ya con un avance considerable, según las
autoridades encargadas.
En ese sentido, también el Gobierno del
Estado de Sinaloa en conjunto con los gobiernos municipales de Escuinapa y
Rosario, elaboraron en el año 2008 el Plan Regional Turístico Rosario-Teacapán,
cuyo objetivo primordial sería el:
Impulsar las inversiones en el sector turístico en la zona costera de los municipios de Rosario y Escuinapa, para que en conjunto con el aprovechamiento de los atractivos turísticos de las localidades y su entorno natural, constituyera un destino turístico integrado de calidad internacional y en sinergia con la infraestructura turística de Mazatlán contribuyera al desarrollo de Sinaloa y al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes (Plan Regional Turístico Rosarío-Teacapán, 2008, 1-4).
Este Plan Regional, vincularía a la zona
costera de los municipios de Rosario y Escuinapa con el CIP-PE, funcionando
como eje rector para el desarrollo turístico, industrial y urbano de la región.
Además, también buscaría promover y brindar certeza jurídica a las inversiones
turísticas que se realizaran en el territorio.
Sin embargo, es importante mencionar que
gran parte del territorio donde fue establecido el CIP-PE son áreas de cultivo
y esteros naturales, que por mucho tiempo han representado el sustento de
numerosas familias. Las personas que se han visto afectadas por esta situación,
no están dispuestas a cambiar muy fácilmente sus actividades económicas
tradicionales como son la pesca y agricultura, debido a que las han realizado
gran parte de su vida.
Los pescadores han manifestado
constantemente su preocupación de que el CIP-PE afecte su actividad económica y
por tanto la calidad de vida de sus familias, debido a que seguramente muchas
de las áreas en donde se dedicaban a ejercer dicha actividad serán ocupadas por
las construcciones que planea FONATUR. Al respecto, pescadores de Teacapán
(sindicatura del municipio de Escuinapa) señalan:
“Somos un pueblo eminentemente pesquero, con historia, tradición y arraigo. Nos preocupa el desconocimiento que tenemos del proyecto CIP-PE y sus impactos sociales, económicos y naturales que tendrá en nuestra región. Que nos respeten las playas, esteros, marismas, costas, sitios de embarque y coladeros de pesca. Estamos dispuestos a participar en el proyecto, sin dejar de ser lo que somos: pescadores” (Valdez Pineda et al, 2012:164).
Por su parte, los agricultores también
expresan la preocupación de que con la alteración en el flujo de las marismas o
esteros provoque la salinización de la tierra disminuyendo su calidad y con
ello la calidad de sus productos. Y de su lado, los empresarios locales
dedicados a la construcción, también han mostrado su inconformidad, debido a
que han sufrido endeudamientos
económicos por parte de las autoridades que se encuentran desarrollando el
proyecto.
De la misma forma, la población en
general manifiesta una seria preocupación por el abastecimiento de agua potable
conforme avance el proyecto del CIP-PE, debido a que ya desde este momento,
comienzan a padecerse constantemente períodos de escasez del vital líquido en
el municipio. Al respecto, algunas personas realizan expresiones como la
siguiente:
“cuando el CIP esté al 100 por ciento la gente empezará a tener más problemas, eso que ni qué… esperamos que nos llamen para que nos informen y nos digan cual va a ser la solución concreta sobre eso” (Rio doce, 14/2014).
Asimismo, un conflicto que se está
presentando actualmente es el desplazamiento de la comunidad San Pedro
Chiametlán, la cual fue desalojada del territorio en donde habitaba. Este
conflicto se suscitó debido a que dicha comunidad argumentaba que una parte del
predio en desarrollo del CIP-PE les pertenecía, por lo que interpusieron una
serie de demandas en contra de FONATUR buscando que se respetara su derecho de
propiedad. Sin embargo, todo terminó muy mal para los habitantes de San Pedro
Chiametlán, expidiéndose una orden judicial que les exigía desalojar el
territorio.
Como se puede observar, existen
numerosas inconformidades de parte de los distintos sectores económicos y
sociales de la localidad, además de graves conflictos que se están suscitando
con respecto al CIP-PE. Esto demuestra la nula participación que tiene la
población local en las políticas de desarrollo de FONATUR. El gobierno local de
Escuinapa también se encuentra en la misma situación, desempeñado solamente el
papel de observador de un proyecto en el cual no puede tener una injerencia
importante a pesar de que se encuentra ubicado en su propio territorio. Esto ha
dejado claro la forma de proceder de FONATUR, imponiendo prácticamente sus
políticas y planes de desarrollo a costa inclusive de los intereses y bienestar
de los habitantes de las localidades.
Afortunadamente, ante tal situación
existen diversos movimientos sociales que denuncian abiertamente los atropellos
que está cometiendo FONATUR. Por ejemplo el movimiento que encabezan diversos
grupos ambientalistas (Conselva, SuMar, Cemda, Alcosta y Redes) en conjunto con
un equipo de académicos locales, nacionales e internacionales, los cuales
estudiaron a fondo el proyecto de CIP-PE,
descubriendo que en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada por
FONATUR existen serias omisiones y violaciones a lineamientos ambientales que
comprometen el futuro y conservación de los ecosistema naturales (Guido, 2012).
De la misma forma, la población local
también se ha movilizado, ya que Federaciones de Sociedades Cooperativas de la
zona, Asociaciones de Agricultores de los Ríos
Baluarte y Las Cañas, las Cooperativas de Prestadores de Servicios Turísticos
de Teacapán y los representantes del sector ejidal de la isla del Palmito del
Verde, en alianza con grupos ambientalistas impulsaron la campaña “Yo vivo
aquí, mi opinión cuenta” que tenía el objetivo de rediseñar el proyecto
del CIP-PE para reducir lo más posible su impacto ecológico. Este movimiento
resultó exitoso, consiguiendo que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT) emitiera una resolución para que el CIP-PE disminuyera
algunas de sus características; pasando de: 43, 981 a 10, 000 unidades habitacionales, de tres
campos de golf a uno y de dos marinas a una sola, lo cual modificó
drásticamente el proyecto inicial (Ibid:
2012).
Como se puede observar, la población
local de Escuinapa y las diversas asociaciones sociales lograron incidir en el
proyecto del CIP-PE modificando sus características iniciales, las cuales desde
su punto de vista atentaban enormemente contra los recursos naturales y
sociales del territorio. Sin embargo, es necesario reiterar que la población
local en ningún momento fue tomada en cuenta por FONATUR al momento de
establecer las características del CIP-PE, y por si fuera poco no resultó nada
sencillo hacerse escuchar por SEMARNAT, teniendo que destinar para ello muchas
horas de trabajo y esfuerzo. Actualmente, la lucha continúa para tratar de
impedir la construcción de la otra marina, que se encuentra a consideración por
SEMARNAT y que según ellos también afectaría en gran medida los recursos naturales
del territorio.
Con motivo de reducir las amenazas e
inconformidades que giran en torno al proyecto del CIP-PE, se propondrá una
herramienta teórica que de acuerdo a sus lineamientos, propiciaría una
participación mucho más activa de la población local en el desarrollo de su
propio territorio.
El desarrollo endógeno: una alternativa
viable
Las amenazas e inconformidades que
mantienen amplios sectores de la población de Escuinapa, así como
organizaciones ambientalistas locales, nacionales e internacionales hacia el
proyecto del CIP-PE, podrían reducirse en gran medida si se le diera un giro a
las prácticas de desarrollo que hoy implementa FONATUR en el territorio
sinaloense, las cuales hasta la fecha se han caracterizado por ser verticales y
por lo tanto, ajenas a las verdaderas necesidades de la población escuinapense.
La mejor manera de revertir esta
situación, sería la de darle un nuevo enfoque al desarrollo del CIP-PE, un
enfoque de abajo hacia arriba, en donde la población local adquiera un rol
protagónico en el desarrollo de su propio territorio, buscando siempre de
manera coordinada preservar y potencializar los recursos del mismo. Un enfoque
en donde se promueva la cultura e identidad de la localidad, para que con el
avance del proyecto del CIP-PE ésta no se pierda o se trastoque. Un enfoque en
donde se promueva la competitividad y el uso de tecnologías que propicien el
crecimiento y el bienestar de la población escuinapense.
La implementación de un desarrollo
endógeno pudiera cubrir con las demandas planteadas en el párrafo anterior,
debido a que sus lineamientos teóricos persiguen precisamente esos objetivos.
De acuerdo con Martínez Pellégrini et al
(2008) el desarrollo endógeno se entiende como un proceso de crecimiento
económico propio y cambio estructural a partir del potencial del desarrollo
local, encabezado por la comunidad involucrada, y que persigue la mejora del
bienestar de esa población. Por lo tanto, además de generación de riqueza
(competitividad, productividad, etc.), el desarrollo endógeno incorpora un
componente de resolución de problemas y desequilibrios sociales para mantener
la cooperación, lo que permite el avance del sistema territorial en su
conjunto.
Como se puede observar, uno de los
lineamientos principales de esta corriente teórica del desarrollo, es la
consideración de las necesidades y demandas de la población local, propiciando
la participación activa de sus actores, buscando la optimización del potencial
endógeno (recursos humanos, económicos, institucionales y culturales) para
mejorar las condiciones de vida de la comunidad. Desafortunadamente, en el caso
del CIP-PE esta situación no se ha presentado, debido a que la población del
municipio de Escuinapa hasta el momento no participa de ninguna forma en el
desarrollo del proyecto. Los representantes de FONATUR y los sectores
económicos y sociales del municipio no han tenido un acercamiento sólido y
constante, propiciando con ello la generación de incertidumbre y desinformación
entre los habitantes de la localidad sobre las repercusiones sociales,
económicas y ecológicas del proyecto.
Otro de los lineamientos importantes de
la teoría del desarrollo endógeno, es el de presentar una verdadera visión
territorial es decir; valora cada uno de los recursos que alberga un territorio,
promoviendo además la potencialización de los mismos. Es importante mencionar,
que esta teoría no solamente toma en cuenta a los recursos territoriales
valorados económicamente (tierra, agua, madera, oro, plata, petróleo, etc.),
sino también los recursos que le otorgan identidad y cultura a los territorios
(símbolos naturales, tradiciones, historia, usos y costumbres, etc.). Al
respecto, Vázquez Barquero, impulsor de esta corriente teórica, define así al territorio:
El territorio no es un mero soporte físico de los recursos, actividades y procesos económicos, sino que es un agente de transformación social. Cada territorio se vincula al sistema de relaciones económicas, nacionales e internacionales, en función de su especificidad territorial, de su identidad económica, tecnológica, social y cultural (Vázquez Barquero, op cit.: 143).
De acuerdo a la definición presentada,
el desarrollo endógeno busca potenciar las características del territorio,
mediante la conservación de su historia productiva y tomando en cuenta a los
actores locales para la aplicación de innovaciones tecnológicas e
institucionales, con el fin de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, FONATUR
hasta el momento ha presentado una visión del territorio que sigue predominando
en muchos de los desarrollos turísticos de México, siendo éste visto como un
simple soporte físico y una fuente inagotable de recursos naturales,
proporcionándole además fundamentalmente una representación económica.
Por otro lado, como se ha mencionado, en
la actualidad la innovación tecnológica es también un aspecto fundamental para
el desarrollo de un territorio. La teoría del desarrollo endógeno observa en la
misma población local, la necesidad de llevar a cabo esta innovación. Para
ello, fomenta la creación de centros educativos que se establezcan en la misma
comunidad, en donde se formen individuos calificados y aptos para poder
propiciar dichas innovaciones tecnológicas. En este sentido, debe reconocerse
que en la ciudad de Escuinapa se está realizando la apertura de nuevas
universidades, las cuales llevan por objetivo según las autoridades encargadas,
el capacitar a los jóvenes para que puedan incorporarse con éxito a la nueva
actividad productiva (turística) que se irá generando con el avance del CIP-PE.
Finalmente, las políticas públicas
también cumplen un papel fundamental para el desarrollo de un territorio cuando
estas no son verticales y excluyentes de las poblaciones locales. Aguilar
Villanueva (2009), señala que las políticas públicas deben estar construidas
bajo un “espacio público”, en donde los ciudadanos adquieran un rol
protagónico, teniendo una interlocución constante y verdadera con los poderes
gubernamentales. En este tipo de política, los ciudadanos tienen la capacidad
de influir o tener una participación activa en la construcción de las mismas.
Sobre el espacio público que las fundamenta, Aguilar Villanueva afirma:
El espacio público, está abierto universalmente a todos los ciudadanos, se rige por el reconocimiento del otro y por el razonamiento, se ejerce mediante formas de diálogo en las que se manifiestan, contrastan y depuran las posiciones de grupos diversos en las que se busca un punto aceptable de equilibrio entre ellos mediante oferta recíproca de evidencias y argumentos o mediante ajuste mutuo negociador (Aguilar Villanueva, 2009: 23).
Este espacio público, debe mantenerse
libre de presiones gubernamentales o de cualquier grupo de poder, para que se
siga ejerciendo el derecho justo de los ciudadanos buscando el mejoramiento en
su calidad de vida. Evidentemente, en el caso del CIP-PE el espacio público
definido por Aguilar Villanueva no se ha presentado, ya que en lo que va del
proceso de construcción del CIP-PE, jamás ha existido un diálogo profundo y
constante de parte de FONATUR con la población local de Escuinapa, es por ello,
que algunos sectores desde el inicio del proyecto manifestaron su desacuerdo
hacia éste.
Conclusiones
Es de suma importancia la reflexión del
proceso que se está llevando a cabo en el desarrollo del CIP-PE. La preservación
de los ecosistemas naturales del territorio; el manglar sinaloense, y el tipo
de flora y fauna que en éste habitan, debe ser una de las principales
prioridades de conservación. De la misma forma, otra prioridad debiera ser el
mejoramiento en la calidad de vida de la población local, por medio de la
creación de empleos bien remunerados, el fomento de la cultura y la educación
en la región.
El proyecto del CIP-PE ha sido motivo de
numerosas críticas durante su primera etapa de realización, por lo que se
requiere en este momento, hacer las adecuaciones y correcciones pertinentes
para su mejoramiento. Para ello, se propone la propuesta del desarrollo endógeno,
que toma en cuenta las particularidades y necesidades del lugar y en base a
éstas, fomenta el crecimiento y el desarrollo local, siempre tomando en cuenta
a los actores locales como los principales motores e impulsores del desarrollo.
Al respecto, finalmente Ramírez-Zavala
(2012) señala que en el caso del CIP-PE se debería buscar como alternativa la
potenciación de un turismo que consuma menos recursos, la promoción y el
desarrollo de productos turísticos diversificados, los cuales debieran estar
basados en: la valoración del entorno como recurso a proteger, la potenciación
del elemento cultural en todas sus manifestaciones, la prevención o reducción
de la masificación y concentración turística y por último el fortalecimiento de
las capacidades locales de gestión del sector turístico.
Cueva India, M. (2014). DESARROLLO ENDÓGENO: UNA OPCIÓN PARA EL CENTRO "PLAYA ESPÍTIRU" . (U. A. Sinaloa, Ed.) ARENAS 38(38), 84-96.
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