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ALEGRÍA, HUMOR Y DOLOR: EL ANTIGUO CARNAVAL DE MAZATLÁN, 1900-1904 Rafael SANTOS CENOBIO * *  Catedrático e investigador de l...

jueves, 16 de abril de 2015

DESARROLLO ENDÓGENO: UNA OPCIÓN PARA EL CENTRO “PLAYA ESPÍRITU”

DESARROLLO ENDÓGENO: UNA OPCIÓN PARA EL CENTRO “PLAYA ESPÍRITU”


Marco Tulio CUEVA INDA·

“No hay ninguna receta que garantice el éxito en materia de desarrollo. Pero si hay por lo menos dos afirmaciones ciertas: si el desarrollo se encuentra en nuestro futuro, no será con las ideas del pasado que lo alcanzaremos; si el desarrollo es un producto de la propia comunidad, no serán otros, sino sus propios miembros quienes lo construyan” (Boisier, 1997: 76).

Introducción
El Centro Integralmente Planeado “Playa Espíritu” (CIP-PE) es un proyecto turístico que se encuentra ubicado al sur del estado de Sinaloa, en el municipio de Escuinapa. El proyecto está siendo desarrollado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), y de acuerdo a las características mostradas por este organismo, sería el más grande y ambicioso que se haya construido.

     Sin embargo, debe mencionarse que el desarrollo del CIP-PE también comprende áreas de cultivo y esteros nacionales, que por mucho tiempo han representado el sustento de numerosas familias. Por ello la población local guarda una preocupación latente sobre los impactos ambientales, sociales y económicos que este megadesarrollo podría causar en el territorio.

     Para mitigar dichas amenazas, en el presente texto se propone llevar a cabo un desarrollo endógeno, donde los actores locales sean el verdadero motor del proyecto, mediante su coordinación y participación activa en la elaboración de políticas públicas, promoviendo y gestionando mejoras en el entorno, y fomentando la creación de organizaciones sociales en la comunidad. Todo ello, permitiría cuidar y preservar los ecosistemas y la identidad cultural del municipio de Escuinapa.

Antecedentes de los centros turísticos en México
En la década de los cincuenta, la actividad turística da un importante salto de crecimiento, reflejándose en el aumento masivo de turistas que se desplazaban por el mundo. Fue entonces que México observa en dicha actividad, una interesante alternativa para su desarrollo, sin embargo, en este tiempo, nuestro país sólo contaba con centros turísticos catalogados hoy en día como “tradicionales” o “espontáneos”, lo que limitaba su competitividad.

     De acuerdo con Benseny (2007), los centros turísticos tradicionales surgieron a raíz de iniciativas dispersas del sector privado, sin embargo, una de las principales características de estas inversiones fue su falta de planeación urbana, provocando la pérdida de las identidades culturales y la eliminación de un gran número de ecosistemas en los territorios donde se establecieron. Ejemplos claros donde se cumplieron estos graves descuidos fueron: Acapulco, Mazatlán, Puerto Vallarta, Puerto Escondido y Manzanillo. Anteriormente, estos centros solamente se limitaban a ofrecer al turista los productos de sol y playa, y hoy en día, para mantenerse vigentes ante las necesidades del turista actual han tenido que incorporar a su oferta otros productos, como son: gastronomía, aventura y cultura de los lugares.

     Al ver las fuertes limitaciones que presentaban en aquella época los centros tradicionales, debido a su poca oferta de productos turísticos y a los daños que ocasionaban en el entorno social y ambiental, México intentó realizar cambios importantes con el objetivo de lograr una competitividad en el rubro turístico. Para ello, un organismo gubernamental que fue el Banco de México, desempeñó una labor fundamental realizando múltiples investigaciones, buscando encontrar nuevas formas y lugares para la creación de desarrollos turísticos, sin las limitaciones que presentaban los centros tradicionales. Fue así como surgieron a finales de la década de los sesenta, los llamados Centros Integralmente Planeados (CIP´s).

     Según Benseny (2007) los CIP’s son polos de desarrollo proyectados a mediano y largo plazo, que se establecieron en territorios de la República Mexicana considerados marginales en aquella época. Estos centros tuvieron el objetivo de activar la economía de esas regiones, que hasta ese momento, eran improductivas o de poca producción económica y  por si fuera poco, no contaban con alternativas reales para su desarrollo. Las ciudades y estados donde se localizaron fueron: Cancún en el estado de Quintana Roo, Los Cabos y Loreto en Baja California Sur, Ixtapa Zihuatanejo en Guerrero, Huatulco en Oaxaca y Bahía de Banderas en Nayarit. Al igual que en los centros turísticos tradicionales, las principales inversiones provienen del extranjero, aunque en el caso de los CIP´s son realizadas en su mayoría por compañías trasnacionales líderes del sector turístico.

     El organismo que se encargó de construir y diseñar los CIP´s fue el Fondo Nacional del Fomento al Turismo (FONATUR), el cual realizó y puso en marcha los planes de desarrollo. En tales planes se plasmaba el aprovechamiento y protección de los recursos que ofrece el territorio, además de buscar el mejoramiento de la calidad de vida de la población en donde se establecen, ofreciendo al turista no solamente sol y playa, sino la riqueza cultural de la región. Desafortunadamente, esto fue algo que no sucedió nunca, debido a que al igual que los centros tradicionales, los CIP´s causaron la eliminación de una gran cantidad de ecosistemas y desencadenaron fuertes problemas sociales en los territorios donde se establecieron.

     De acuerdo a estudios realizados sobre los CIP´s, éstos arrojan resultados no del todo favorables, debido a que aunado al beneficio económico que han proporcionado, también han desatado fuertes conflictos sociales y ambientales en los territorios donde se han establecido. Por ejemplo, un estudio realizado por Mendoza Ontiveros et al (2011) sobre el impacto social causado por la construcción del CIP Huatulco, muestra algunos efectos negativos, debido al aumento de basura, ruido, tráfico vehicular, adicciones y el descontento de la población por el bajo salario que les ofrece la actividad turística. De la misma forma ha pasado con el CIP Nayarit, ubicado en el municipio de Bahía de Banderas; en el cuál, de acuerdo con un estudio realizado por Marín Guardado (2009), se produjo el desplazamiento de la población nativa, graves daños y destrucción en los ecosistemas, así como el aumento de los cinturones de miseria de la población.

     De esta manera, Rodrigo Gallegos director de Tecnología y Cambio Climático del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) declaró en la prensa el mes de agosto del año pasado que: “el modelo de los Centros Integralmente Planeados ha quedado fuera de las tendencias mundiales del turismo, donde el valor principal en la actualidad es la búsqueda de experiencias y la interacción con la naturaleza y la población local” (Noroeste, Mazatlán, 06/2013).

     A pesar de todo ello, recientemente FONATUR inició un nuevo y ambicioso proyecto turístico, denominado Centro Integralmente Planeado Playa Espíritu (CIP-PE). Este proyecto se encuentra localizado en las costas del municipio de Escuinapa y es promovido como el primer CIP sustentable que se haya construido. A continuación, se comenzará por señalar su ubicación exacta dentro del territorio mexicano.

Ubicación geográfica del CIP-PE
El CIP-PE se encuentra localizado en Escuinapa, que geográficamente se ubica al Sur de Sinaloa y determina junto con el municipio de El Rosario, la frontera política de Sinaloa con el estado de Nayarit. El citado municipio colinda al Norte con el municipio de Rosario, al sur y al este con el estado de Nayarit, y al poniente con el Océano Pacífico. Comprende una superficie de 1633.22 kilómetros cuadrados que representan el 2.8 por ciento de la superficie del estado, lo que lo hace uno de los cinco municipios más pequeños de Sinaloa, ocupando el lugar 13 por su extensión (Macías Gutiérrez, 2009: 15). La figura 1 mostrará de forma clara la ubicación del municipio de Escuinapa.

Figura 1. Ubicación del municipio de Escuinapa en el estado de Sinaloa.
Fuente: Atlas de riesgos para el municipio de Escuinapa, 2011: 6.

     El CIP-PE se estableció en el mencionado municipio, aproximadamente a 8 kilómetros de la cabecera municipal, en la zona denominada como Playa las Cabras y cercano al cerro conocido con el mismo nombre. En el proyecto se prevé que contará con un predio de 12 kilómetros de playa frente al Mar de Cortés y con una superficie total de 2, 381 hectáreas colindantes con las Marismas Nacionales. La figura 2, muestra la ubicación del predio en desarrollo (FONATUR, 2012).

Figura 2. Ubicación del proyecto.
Fuente: Rojas Galaviz, 2010: 15.

     Una vez descrita la ubicación exacta del CIP-PE, a continuación se expondrán las características físicas del proyecto, así como las principales amenazas que éstas representan para el territorio y la población local de Escuinapa.

Amenazas que representa el CIP-PE para la región
El proyecto del CIP-PE oficialmente está siendo llevado a cabo por FONATUR en cooperación con los gobiernos Federal y Estatal. Las especificaciones proporcionadas por este organismo acerca del predio en desarrollo, en un inicio fueron las siguientes: superficie total: 2,381 has.; superficie vendible: 951.7 has. y superficie desarrollable: 1821.3 has. Asimismo, se tenían proyectados 43, 981 unidades de alojamiento; 3 campos de golf; 2 marinas, áreas culturales, pista de esquí acuático, malecón, plazas públicas, zonas de agroturismo, clubes de playa, áreas comerciales y centros recreativos.

Figura 3. Maqueta del Centro Integralmente Planeado Playa Espíritu.
Fuente: FONATUR (2012).

     Como se puede ver, al iniciar el proyecto el predio contaría con un área total de 2, 381 hectáreas; esto lo posiciona como el Centro Integralmente Planeado más grande que se haya promovido anteriormente; de acuerdo a estas características, tendría casi el doble del tamaño del CIP Cancún, que es el más importante y de mayor auge internacional en este momento. Cabe mencionar, que el proyecto también en sus inicios estipulaba que constaría de diez etapas y una de ajuste, planeándose que para el año 2025 contara ya con un avance considerable, según las autoridades encargadas.

     En ese sentido, también el Gobierno del Estado de Sinaloa en conjunto con los gobiernos municipales de Escuinapa y Rosario, elaboraron en el año 2008 el Plan Regional Turístico Rosario-Teacapán, cuyo objetivo primordial sería el: 
Impulsar las inversiones en el sector turístico en la zona costera de los municipios de Rosario y Escuinapa, para que en conjunto con el aprovechamiento de los atractivos turísticos de las localidades y su entorno natural, constituyera un destino turístico integrado de calidad internacional y en sinergia con la infraestructura turística de Mazatlán contribuyera al desarrollo de Sinaloa y al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes (Plan Regional Turístico Rosarío-Teacapán, 2008, 1-4).
      Este Plan Regional, vincularía a la zona costera de los municipios de Rosario y Escuinapa con el CIP-PE, funcionando como eje rector para el desarrollo turístico, industrial y urbano de la región. Además, también buscaría promover y brindar certeza jurídica a las inversiones turísticas que se realizaran en el territorio.

      Sin embargo, es importante mencionar que gran parte del territorio donde fue establecido el CIP-PE son áreas de cultivo y esteros naturales, que por mucho tiempo han representado el sustento de numerosas familias. Las personas que se han visto afectadas por esta situación, no están dispuestas a cambiar muy fácilmente sus actividades económicas tradicionales como son la pesca y agricultura, debido a que las han realizado gran parte de su vida.

     Los pescadores han manifestado constantemente su preocupación de que el CIP-PE afecte su actividad económica y por tanto la calidad de vida de sus familias, debido a que seguramente muchas de las áreas en donde se dedicaban a ejercer dicha actividad serán ocupadas por las construcciones que planea FONATUR. Al respecto, pescadores de Teacapán (sindicatura del municipio de Escuinapa) señalan:
“Somos un pueblo eminentemente pesquero, con historia, tradición y arraigo. Nos preocupa el desconocimiento que tenemos del proyecto CIP-PE y sus impactos sociales, económicos y naturales que tendrá en nuestra región. Que nos respeten las playas, esteros, marismas, costas, sitios de embarque y coladeros de pesca. Estamos dispuestos a participar en el proyecto, sin dejar de ser lo que somos: pescadores” (Valdez Pineda et al, 2012:164).                                                                              
     Por su parte, los agricultores también expresan la preocupación de que con la alteración en el flujo de las marismas o esteros provoque la salinización de la tierra disminuyendo su calidad y con ello la calidad de sus productos. Y de su lado, los empresarios locales dedicados a la construcción, también han mostrado su inconformidad, debido a que han sufrido  endeudamientos económicos por parte de las autoridades que se encuentran desarrollando el proyecto.

   De la misma forma, la población en general manifiesta una seria preocupación por el abastecimiento de agua potable conforme avance el proyecto del CIP-PE, debido a que ya desde este momento, comienzan a padecerse constantemente períodos de escasez del vital líquido en el municipio. Al respecto, algunas personas realizan expresiones como la siguiente:
“cuando el CIP esté al 100 por ciento la gente empezará a tener más problemas, eso que ni qué… esperamos que nos llamen para que nos informen y nos digan cual va a ser la solución concreta sobre eso” (Rio doce, 14/2014).
     Asimismo, un conflicto que se está presentando actualmente es el desplazamiento de la comunidad San Pedro Chiametlán, la cual fue desalojada del territorio en donde habitaba. Este conflicto se suscitó debido a que dicha comunidad argumentaba que una parte del predio en desarrollo del CIP-PE les pertenecía, por lo que interpusieron una serie de demandas en contra de FONATUR buscando que se respetara su derecho de propiedad. Sin embargo, todo terminó muy mal para los habitantes de San Pedro Chiametlán, expidiéndose una orden judicial que les exigía desalojar el territorio.

     Como se puede observar, existen numerosas inconformidades de parte de los distintos sectores económicos y sociales de la localidad, además de graves conflictos que se están suscitando con respecto al CIP-PE. Esto demuestra la nula participación que tiene la población local en las políticas de desarrollo de FONATUR. El gobierno local de Escuinapa también se encuentra en la misma situación, desempeñado solamente el papel de observador de un proyecto en el cual no puede tener una injerencia importante a pesar de que se encuentra ubicado en su propio territorio. Esto ha dejado claro la forma de proceder de FONATUR, imponiendo prácticamente sus políticas y planes de desarrollo a costa inclusive de los intereses y bienestar de los habitantes de las localidades.

   Afortunadamente, ante tal situación existen diversos movimientos sociales que denuncian abiertamente los atropellos que está cometiendo FONATUR. Por ejemplo el movimiento que encabezan diversos grupos ambientalistas (Conselva, SuMar, Cemda, Alcosta y Redes) en conjunto con un equipo de académicos locales, nacionales e internacionales, los cuales estudiaron a fondo el proyecto de CIP-PE,  descubriendo que en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada por FONATUR existen serias omisiones y violaciones a lineamientos ambientales que comprometen el futuro y conservación de los ecosistema naturales (Guido, 2012).

    De la misma forma, la población local también se ha movilizado, ya que Federaciones de Sociedades Cooperativas de la zona, Asociaciones de Agricultores de los Ríos Baluarte y Las Cañas, las Cooperativas de Prestadores de Servicios Turísticos de Teacapán y los representantes del sector ejidal de la isla del Palmito del Verde, en alianza con grupos ambientalistas impulsaron la campaña “Yo vivo aquí, mi opinión cuenta” que tenía el objetivo de rediseñar el proyecto del CIP-PE para reducir lo más posible su impacto ecológico. Este movimiento resultó exitoso, consiguiendo que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) emitiera una resolución para que el CIP-PE disminuyera algunas de sus características; pasando de: 43, 981  a 10, 000 unidades habitacionales, de tres campos de golf a uno y de dos marinas a una sola, lo cual modificó drásticamente el proyecto inicial (Ibid: 2012). 

     Como se puede observar, la población local de Escuinapa y las diversas asociaciones sociales lograron incidir en el proyecto del CIP-PE modificando sus características iniciales, las cuales desde su punto de vista atentaban enormemente contra los recursos naturales y sociales del territorio. Sin embargo, es necesario reiterar que la población local en ningún momento fue tomada en cuenta por FONATUR al momento de establecer las características del CIP-PE, y por si fuera poco no resultó nada sencillo hacerse escuchar por SEMARNAT, teniendo que destinar para ello muchas horas de trabajo y esfuerzo. Actualmente, la lucha continúa para tratar de impedir la construcción de la otra marina, que se encuentra a consideración por SEMARNAT y que según ellos también afectaría en gran medida los recursos naturales del territorio.

     Con motivo de reducir las amenazas e inconformidades que giran en torno al proyecto del CIP-PE, se propondrá una herramienta teórica que de acuerdo a sus lineamientos, propiciaría una participación mucho más activa de la población local en el desarrollo de su propio territorio.

El desarrollo endógeno: una alternativa viable 
Las amenazas e inconformidades que mantienen amplios sectores de la población de Escuinapa, así como organizaciones ambientalistas locales, nacionales e internacionales hacia el proyecto del CIP-PE, podrían reducirse en gran medida si se le diera un giro a las prácticas de desarrollo que hoy implementa FONATUR en el territorio sinaloense, las cuales hasta la fecha se han caracterizado por ser verticales y por lo tanto, ajenas a las verdaderas necesidades de la población escuinapense.

     La mejor manera de revertir esta situación, sería la de darle un nuevo enfoque al desarrollo del CIP-PE, un enfoque de abajo hacia arriba, en donde la población local adquiera un rol protagónico en el desarrollo de su propio territorio, buscando siempre de manera coordinada preservar y potencializar los recursos del mismo. Un enfoque en donde se promueva la cultura e identidad de la localidad, para que con el avance del proyecto del CIP-PE ésta no se pierda o se trastoque. Un enfoque en donde se promueva la competitividad y el uso de tecnologías que propicien el crecimiento y el bienestar de la población escuinapense.

     La implementación de un desarrollo endógeno pudiera cubrir con las demandas planteadas en el párrafo anterior, debido a que sus lineamientos teóricos persiguen precisamente esos objetivos. De acuerdo con Martínez Pellégrini et al (2008) el desarrollo endógeno se entiende como un proceso de crecimiento económico propio y cambio estructural a partir del potencial del desarrollo local, encabezado por la comunidad involucrada, y que persigue la mejora del bienestar de esa población. Por lo tanto, además de generación de riqueza (competitividad, productividad, etc.), el desarrollo endógeno incorpora un componente de resolución de problemas y desequilibrios sociales para mantener la cooperación, lo que permite el avance del sistema territorial en su conjunto.

   Como se puede observar, uno de los lineamientos principales de esta corriente teórica del desarrollo, es la consideración de las necesidades y demandas de la población local, propiciando la participación activa de sus actores, buscando la optimización del potencial endógeno (recursos humanos, económicos, institucionales y culturales) para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. Desafortunadamente, en el caso del CIP-PE esta situación no se ha presentado, debido a que la población del municipio de Escuinapa hasta el momento no participa de ninguna forma en el desarrollo del proyecto. Los representantes de FONATUR y los sectores económicos y sociales del municipio no han tenido un acercamiento sólido y constante, propiciando con ello la generación de incertidumbre y desinformación entre los habitantes de la localidad sobre las repercusiones sociales, económicas y ecológicas del proyecto.

    Otro de los lineamientos importantes de la teoría del desarrollo endógeno, es el de presentar una verdadera visión territorial es decir; valora cada uno de los recursos que alberga un territorio, promoviendo además la potencialización de los mismos. Es importante mencionar, que esta teoría no solamente toma en cuenta a los recursos territoriales valorados económicamente (tierra, agua, madera, oro, plata, petróleo, etc.), sino también los recursos que le otorgan identidad y cultura a los territorios (símbolos naturales, tradiciones, historia, usos y costumbres, etc.). Al respecto, Vázquez Barquero, impulsor de esta corriente teórica, define así al territorio:
El territorio no es un mero soporte físico de los recursos, actividades y procesos económicos, sino que es un agente de transformación social. Cada territorio se vincula al sistema de relaciones económicas, nacionales e internacionales, en función de su especificidad territorial, de su identidad económica, tecnológica, social y cultural (Vázquez Barquero, op cit.: 143).
     De acuerdo a la definición presentada, el desarrollo endógeno busca potenciar las características del territorio, mediante la conservación de su historia productiva y tomando en cuenta a los actores locales para la aplicación de innovaciones tecnológicas e institucionales, con el fin de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, FONATUR hasta el momento ha presentado una visión del territorio que sigue predominando en muchos de los desarrollos turísticos de México, siendo éste visto como un simple soporte físico y una fuente inagotable de recursos naturales, proporcionándole además fundamentalmente una representación económica. 

     Por otro lado, como se ha mencionado, en la actualidad la innovación tecnológica es también un aspecto fundamental para el desarrollo de un territorio. La teoría del desarrollo endógeno observa en la misma población local, la necesidad de llevar a cabo esta innovación. Para ello, fomenta la creación de centros educativos que se establezcan en la misma comunidad, en donde se formen individuos calificados y aptos para poder propiciar dichas innovaciones tecnológicas. En este sentido, debe reconocerse que en la ciudad de Escuinapa se está realizando la apertura de nuevas universidades, las cuales llevan por objetivo según las autoridades encargadas, el capacitar a los jóvenes para que puedan incorporarse con éxito a la nueva actividad productiva (turística) que se irá generando con el avance del CIP-PE.

     Finalmente, las políticas públicas también cumplen un papel fundamental para el desarrollo de un territorio cuando estas no son verticales y excluyentes de las poblaciones locales. Aguilar Villanueva (2009), señala que las políticas públicas deben estar construidas bajo un “espacio público”, en donde los ciudadanos adquieran un rol protagónico, teniendo una interlocución constante y verdadera con los poderes gubernamentales. En este tipo de política, los ciudadanos tienen la capacidad de influir o tener una participación activa en la construcción de las mismas. Sobre el espacio público que las fundamenta, Aguilar Villanueva afirma:
El espacio público, está abierto universalmente a todos los ciudadanos, se rige por el reconocimiento del otro y por el razonamiento, se ejerce mediante formas de diálogo en las que se manifiestan, contrastan y depuran las posiciones de grupos diversos en las que se busca un punto aceptable de equilibrio entre ellos mediante oferta recíproca de evidencias y argumentos o mediante ajuste mutuo negociador (Aguilar Villanueva, 2009: 23).
     Este espacio público, debe mantenerse libre de presiones gubernamentales o de cualquier grupo de poder, para que se siga ejerciendo el derecho justo de los ciudadanos buscando el mejoramiento en su calidad de vida. Evidentemente, en el caso del CIP-PE el espacio público definido por Aguilar Villanueva no se ha presentado, ya que en lo que va del proceso de construcción del CIP-PE, jamás ha existido un diálogo profundo y constante de parte de FONATUR con la población local de Escuinapa, es por ello, que algunos sectores desde el inicio del proyecto manifestaron su desacuerdo hacia éste.

Conclusiones
Es de suma importancia la reflexión del proceso que se está llevando a cabo en el desarrollo del CIP-PE. La preservación de los ecosistemas naturales del territorio; el manglar sinaloense, y el tipo de flora y fauna que en éste habitan, debe ser una de las principales prioridades de conservación. De la misma forma, otra prioridad debiera ser el mejoramiento en la calidad de vida de la población local, por medio de la creación de empleos bien remunerados, el fomento de la cultura y la educación en la región.
  El proyecto del CIP-PE ha sido motivo de numerosas críticas durante su primera etapa de realización, por lo que se requiere en este momento, hacer las adecuaciones y correcciones pertinentes para su mejoramiento. Para ello, se propone la propuesta del desarrollo endógeno, que toma en cuenta las particularidades y necesidades del lugar y en base a éstas, fomenta el crecimiento y el desarrollo local, siempre tomando en cuenta a los actores locales como los principales motores e impulsores del desarrollo.
     Al respecto, finalmente Ramírez-Zavala (2012) señala que en el caso del CIP-PE se debería buscar como alternativa la potenciación de un turismo que consuma menos recursos, la promoción y el desarrollo de productos turísticos diversificados, los cuales debieran estar basados en: la valoración del entorno como recurso a proteger, la potenciación del elemento cultural en todas sus manifestaciones, la prevención o reducción de la masificación y concentración turística y por último el fortalecimiento de las capacidades locales de gestión del sector turístico.







Referencias bibliográficas
Aguilar Villanueva, Luis F. (2009). “Recepción y desarrollo de la disciplina de Política Pública en México. Un estudio introductorio”, revista Sociológica, no. 54, Vol. 19, enero-abril, Universidad Autónoma Metropolitana, México, pp. 15-37.
Benseny, Graciela (2007). “El turismo en México. Apreciaciones sobre el turismo en espacio litoral”, revista Aportes y transferencias, no. 2, Vol. 11, enero-junio, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, pp. 13-34.
Boisier, Sergio (1997). “El vuelo de una cometa. Una metáfora para una teoría del desarrollo territorial”, revista Estudios regionales, no. 48, Vol. 5, enero-junio, Universidad de Santiago de Chile, Chile, pp. 41-79.
FONATUR - Fondo Nacional Para el Turismo - (2012). Playa espíritu. Fecha de consulta, 17 de octubre de 2012. Disponible en: http://www.fonatur.gob.mx/es/index.asp
Gobierno del Estado de Sinaloa (2008). Plan regional turístico Rosario-Teacapan, Sinaloa, H. Ayuntamiento de Escuinapa, Sinaloa, México, 79 pp.
Guido,  Sandra (2012). “Los costos sociales y económicos del CIP playa espíritu”, La Jornada ecológica, 3 de diciembre de 2012. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2012/12/03/eco-c.html
Macías Gutiérrez, Jorge (2009). Escuinapa, Ediciones Bicentenario, Culiacán Sinaloa, México, 338 pp.
Marín Guardado, Gustavo (2009). “Turismo, globalización y desarrollo local: Puerto Vallarta y los retos del porvenir”, revista Estudios demográficos y urbanos, no. 70, Vol. 24, enero-abril, El Colegio de México, México, pp. 220-245.
Martínez Pellégrini, Sárah et  al (2008). “Panorama del desarrollo municipal en México”, revista Gestión y política pública, no. 1, Vol. XVII, enero-agosto, El Colegio de la Frontera Norte, México, pp. 145-192.
Mendoza Ontiveros, Martha et al (2011). “Impactos sociales del turismo en el Centro Integralmente Planeado (CIP) bahías  de Huatulco, México”, revista Gestión Turística, no. 15, Vol. 1, enero-junio,  Universidad Austral de Chile, Valdivia Chile, pp. 47-73.
Municipio de Escuinapa (2011). Atlas de riesgos para el Municipio de Escuinapa, 2011, H. Ayuntamiento de Escuinapa, Sinaloa, México, 120 pp.
Ramírez Zavala, Jaime et al (2012). Marismas Nacionales Sinaloa; Futuro y conservación, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, 254 p.
Rojas Galaviz, José (2010). “Centro Integralmente Planeado Costa-Pacífico”, Consultores en gestión política y planificación ambiental S.C., México, Informe sobre la manifestación del impacto ambiental en la región, 276 pp.
Valdez Pineda, María et al (2012). “Los pescadores de Teacapán, ¿preparados para el futuro desarrollo turístico?”, en Jaime Ramírez-Zavala (coordinador), Marismas Nacionales Sinaloa; Futuro y Conservación, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, pp. 163-191.
Vázquez Barquero, Antonio (2005). Las nuevas fuerzas del desarrollo. Antonio Bosch Editor, Barcelona, España, 175 pp.













· Maestrante en Ciencias Sociales, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS.

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