DERECHOS HUMANOS:
LOS INDOCUMENTADOS EN TRÁNSITO POR MAZATLÁN, SINALOA
Resumen
En este artículo tratamos de
contextualizar la problemática internacional sobre la migración de tránsito de
los centroamericanos indocumentados, que utilizan la Ruta Pacífico para llegar a
Estados Unidos, así como la violación a los derechos humanos. Se toma como caso
de estudio el corredor migratorio Occidente. Se realiza a lo largo de dos
secciones un acercamiento al fenómeno. En la primera sección se lleva un repaso
teórico sobre el concepto de migración de tránsito y en la segunda, se llama la
atención las violaciones a los derechos humanos y en último apartado, se
arrojan los resultados frente al vínculo migración centroamericana
indocumentada por Sinaloa, violencia y derechos humanos, vínculo que necesita
ser visibilizado.
Migración de tránsito
La Organización Internacional de las
Migraciones (OIM) publicó en el informe anual del 2000 que en el mundo cerca de
150 millones de personas vivían fuera de
su país de origen, lo cual representaba alrededor de 3 por ciento de la
población mundial. En 2005 notificó que había cerca de 191 millones de
individuos. Para el informe sobre las migraciones en el mundo 2010 que lleva
por nombre el futuro de la migración: creación
de capacidades para el cambio se informó que el número de migrantes a nivel
mundial es superior a los 214 millones de personas, esas cifras podrían
alcanzar hasta los 405 millones en 2050[1].
La migración internacional se ha convertido en un fenómeno que afecta a una
amplia gama de países de origen, destino y tránsito y un diverso grupo de
migrantes.
El concepto de “migración de tránsito”
ha empezado a ser utilizado en el discurso de la migración internacional, desde
principio de los años 90´ cuando “país de tránsito” apareció en el léxico
migratorio como una categoría analítica intermedia entre “país de origen” y “país
de destino” Marconi (2008). El fenómeno de la migración de tránsito es un tema
reciente para el caso mexicano, a pesar que tal expresiones han sido cada vez
más utilizadas en documentos oficiales sobre política y práctica migratoria,
desde la academia el tema es relativamente nuevo.
Una de las primeras conceptualizaciones
de la noción de “país de tránsito” está incluida en la Convención internacional
sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de
sus familiares (ONU, 1990) en la cual se
afirma que “por Estado de tránsito se entenderá cualquier Estado por el que
pase el interesado en un viaje al Estado de empleo o del Estado de empleo al
Estado de origen o al Estado de residencia habitual”. Pero es sobre todo, que a
partir de 1993 en una serie de informes publicados por la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), el tránsito de migrantes ha empezado
a ser considerado un importante patrón de la movilidad internacional, y uno de
los principales desafíos que la migración internacional presenta hoy (ibid,
2008).
A la fecha, la atención hacia el
fenómeno de la “migración de tránsito” ha ido en constante aumento y los
intentos de proporcionar definiciones precisas tanto en lo político como en la
academia se han hecho notar, para dar
algunos ejemplos.
1.- Para la United Nations Economic Commission
for Europe (UN/ECE)[2]
es “la migración hacia un país con la intención de emigrar de allí a otro país,
como destino final, por medios irregulares o casi irregulares”.
2.- AhmetÍcduygu[3]
propone una definición similar: “migrantes en tránsito son las personas que
vienen a un país con la intención de irse a otro y permanecer en él”.
3.- Cassarino y Fargues (2006) señalan: “Migrantes en tránsito son aquellos que, sobre una base
temporal, se encuentran en un país con objeto de alcanzar otro país,
independientemente que lo alcancen o no”. También definen los “transmigrantes”
como “personas en movimiento que se encuentran en una situación llamada
“tránsito”, es decir migrantes que permanecen temporáneamente en un país con la
intención de llegar a otro país, independientemente del hecho que logren al
final llegar a su meta o no” (Cassarino and Fargues, 2006).
En el plano internacional, cuando se
debate la cuestión de los migrantes en tránsito, cobran especial importancia
las regiones mundiales que colindan con países ricos, México en el continente
americano y todos los países en las inmediatas periferias de la Unión Europea,
desde Marruecos y el cruce por el Estrecho de Gibraltar de poblaciones de
África, el Estrecho de Malaca, entre Indonesia y la Península de Malasia, hasta
Turquía, o bien Europa del Este y la ex Unión Soviética.
En la migración de tránsito por México,
según Anguiano (2009) la variedad de los
flujos de migrantes que cruzan la frontera de Guatemala a México y de México a
Guatemala, permiten dividirlos en tres grandes modalidades:
1.- Quienes se desplazan transitoriamente
para trabajar en México, denominados migrantes temporales laborales;
2.- Los migrantes permanentes, aquellos
que ya han cambiado su residencia habitual a nuestro país, y;
3.- Los centroamericanos (o de otros
países) que, cruzando por la frontera sur, utilizan el territorio mexicano como
espacio de tránsito hacia Estados Unidos.
Es importante hacer la distinción de
estas modalidades porque las repercusiones y características son
diferentes, las actividades y
dificultades son distintas. Por las condiciones sociales a las que son
expuestas. La tercera modalidad, resulta pertinente para enfocar y entender la
migración de tránsito, ya que los desplazamientos centroamericanos ilustran
esta categoría.
En el Caso de México, por si posición
geográfica flujos migratorios, en
su mayoría no documentados, provenientes
de centroamericana –El Salvador, Guatemala, Honduras- se internan al país para
alcanzar la frontera norte. Pese a desconocer el número exacto de los migrantes
que transitan por este país (Castillo: 2003) se estima que entre el 15% y 20%
utilizan México como tránsito, con los datos del Instituto Nacional de
Migración (INM) este flujo muestra signos de continuidad y crecimiento
sostenido en el tiempo. Para 1995 a 2005 tiene una tendencia creciente. A partir de 2006 la tendencia
cambia a la baja, y se observa una reducción del orden de 70% en el periodo
2005-2010, al pasar de 433 mil a 140 mil eventos[4].
Durante 2009 y 2010 los flujos parecen estabilizarse.
Ahora bien, La migración de tránsito por
México trae consigo una serie de problemáticas, entre las que podemos mencionar
las siguientes (ibid: 2009):
1.- La vulnerabilidad y riesgos que enfrentan a lo largo el
territorio mexicano,
ante la
inexistencia de un marco jurídico que proteja los derechos humanos.
2.- La proliferación de puntos de cruce fronterizos clandestinos.
3.- La diversificación de sus implicaciones a escala nacional.
4.- La dimensión creciente del fenómeno en los últimos años.
El tránsito por México es cada vez más
sufrido, costoso y prolongado. Los migrantes se han visto obligado a modificar
las rutas, para evitar ser retenidos y devueltos por autoridades migratorias.
Es recurrente que algunos migrantes se hagan pasar por chiapanecos, oaxaqueños,
aprendan el nombre del presidente municipal, de pueblos vecinos, costumbres,
incluso conseguir papeles falsos.
Derechos Humanos de los
migrantes en tránsito
Desde este plano general, y desde una
perspectiva que vincula migración y derechos humanos sostenemos que la
migración no es en ningún modo el problema principal. El problema queda evidenciado en las condiciones que
obligan al migrante a salir y a la configuración del modo en que realizan el
viaje.
Es así, que; en este trabajo se sostiene que
la condición estructural básica que determina la condición social de los
migrantes irregulares en el país de tránsito-destino, es su condición de
vulnerabilidad como sujetos de derechos humanos. El entendimiento de esta
premisa adquiere relevancia en la definición que hizo la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) de los migrantes internacionales como “grupo vulnerable”.
Los derechos humanos universales son
derechos plasmados en declaraciones y tratados (ratificados por la mayoría de
los países del mundo) que le pertenecen a todas las personas. Es claro que la
ONU, al aprobar la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, buscó
establecer un régimen de derechos que trascendiera la ciudadanía nacional.
Los migrantes son seres humanos cuyos
países de origen ofrecen poca o nula posibilidad decente de supervivencia o
movilidad social, tanto personal como familiar, y por tanto deciden mudarse
cruzando fronteras internacionales, muchos de ellos sin autorización. Los migrantes
no pierden su cualidad de seres humanos con derechos humanos por el simple
hecho de cruzar una frontera[5].
Los migrantes más vulnerables son los
que realizan el viaje sin documentos migratorios, lo que hace patente el
incremento de esta condición de vulnerabilidad estructural en el tránsito como
en la inserción dentro de la comunidad de destino que los hace objetos de
múltiples violaciones a sus derechos. Durante el
viaje, están expuestos a abusos de guardias privados de seguridad, funcionarios
de migración, policías, militares, tratantes de personas y bandas delictivas;
en el mejor de los casos, pueden ser detenidos y expulsados del país.
Según el informe presentado
por la organización FM4 paso libre, dignidad y justicia en el camino, durante
el periodo de mayo 2010 a mayo 2013, 78 mujeres y 1706 hombres sufrieron 1813
casos de agresión durante el tránsito por México, es decir, el 4.6% de las
mujeres sufrieron alguna agresión y los hombres sufrieron 95.4% de las
agresiones registradas. Las víctimas son hondureños con 40%; guatemaltecos 13%,
salvadoreños 9.5% y nicaragüenses con 3.4%.Estos datos son bajos, pero asoman una
realidad cada vez más visible sobre la situación de la travesía migratoria.
Ahora
bien, siguiendo el informe se señalaron agresiones cometidas contra los migrantes en tránsito
donde se agruparon en cinco tipos de delitos con la siguiente frecuencia: a)
robo 62.9%, b) lesiones 16.8%, c) extorsión 6.6%, d) secuestro 4.9% y e) violación
sexual 1.1.% (véase gráfica 1). El robo es la primera agresión que sufren los
migrantes en el territorio mexicano, entre los que cometen la agresión nos
encontramos que el 26% de los casos acusan a diversos agentes gubernamentales,
el 5% lo constituyen las personas que resguardan la seguridad de los trenes, en
menor medida con un 2% señalo los agentes del Instituto Nacional de Migración;
otros de los que cometen algún tipo de agresión es la sociedad civil con un 49%
de los casos. De estas agresiones señaladas solo el 6.6% interpusieron una
denuncia sobre el hecho.
Ahora
bien, en el informe especial sobre secuestro de migrantes en México[6], la CNDH informó que en el periodo comprendido entre septiembre de
2008 y febrero de 2009, tuvo conocimiento de 198 casos de secuestro en los que
se privó de su libertad a 9,758 migrantes. Se documentó que en el sur del país
fueron secuestrados el 55% de las víctimas; en el norte, el 11.8%; en el centro
el 1.2%, mientras que no fue posible precisar el lugar en el que fueron
secuestradas el 32% de las víctimas.
La
inacción de las autoridades para prevenir y castigar estos abusos crea un clima
de impunidad, pero es un clima producido principalmente por la situación propia
de estos migrantes, que son personas que entran o se encuentran en México sin
permiso legal y por lo tanto, los migrantes irregulares se vuelven invisibles “Su viaje es uno de los más peligrosos del mundo”,
señaló Amnistía Internacional (AI) al dar a conocer su informe “Víctimas
invisibles. Migrantes en movimiento a través de México” y el patrón de abusos que sufre este colectivo vulnerable, a manos de
agentes tanto estatales como no, queda oculto, debido a que el Estado argumenta
no poder actuar debido a esa situación de ilegalidad, pero el hecho real y
humano es que no se castigan esos abusos, que se convierten en invisibles por
su especial situación de tránsito indocumentado[7].
México se convirtió en paso de
esperanzas buscando trabajo, bienestar y cambio de vida en el país vecino del
norte. Las dificultades propias de toda migración irregular, se suman otros
peligros, la violación a sus derechos humanos, sea por ignorancia o por la
misma situación de indocumentado lo que representa miedo, incertidumbre,
desconfianza.
Los centroamericanos se despiden de su
lugar de origen en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos, pero su
travesía es doblemente peligrosa. Para los migrantes centroamericanos, en su
paso por Sinaloa pueden encontrar manos amigas, pero hay un punto donde se
topan con asaltos e incluso si se resisten pueden encontrar golpes, y en el
peor de los casos, la muerte.
Así lo expresó José Guadalupe, migrante
hondureño de 32 años, con una cobija amarrada a su mochila, y adentro, un
pantalón, una playera y unas monedas, es lo que lo acompañaba. Migrante no por
convicción sino por necesidad, -¿Por qué esta ruta? -“Gente más buena, en
Guadalajara nos ayudan, es más cansado pero seguro, pero aquí (Mazatlán) y
Culiacán es más peligroso”. - ¿Por qué más peligroso? -“Me dijeron que ahí
estaba el peligro, donde llega el tren y lo encierran”.- ¿es su primera vez?
-No, desde los trece años he salido de Honduras y andado por México, dos veces
he entrado a Estados Unidos y me han deportado, pero allá voy, a ver que sale”.
Mazatlán es punto estratégico para los
migrantes. Así como José, decenas de migrantes mexicanos y centroamericanos,
utilizan pequeños lapsos de tiempos para conseguir comida, monedas, mientras
que la maquina se detiene en el puerto. José en quince minutos junto $60.00, un
litro de agua que le regalo un chofer de un auto, y otros toman un breve
descanso bajo el puente, para continuar la travesía.
Se ha evidenciado una mayor presencia de
migrantes en los alrededores de la estación del
tren, vecinos de colonias aledañas a las vías comentan “pasan alrededor
de 10 a 15 migrantes diariamente en bola y se ve una alza en los meses de Julio
y Agosto”, dice- la señora Carmen “un día pasaron más de 50 a 60 trampas por
esta calle, asustados por que unos vándalos que se esconden por esa callecita,
ahí los esperan para apalearlos, quitarles el poco dinero que traen, nosotros
los apoyamos con lo poquito que tenemos, aunque sea les damos un taco de
comida”. Agrega Francisco Vázquez, ex militar y originario de Oaxaca, que
trabaja como guardia de seguridad para custodiar el traslado de valores de la
empresa Ferromex, que “se ven más trampas en diciembre”. Y saca sus propias
conclusiones:“yo creo porque es más fácil entrar a México por las fiestas y ya ve pues entra más gente”.
Los vecinos han referido que empieza a
verse más migrantes en las vías, es un asunto previsible, no constatado
todavía, pero pudiera haber un aumento significativo de migrantes por esta ruta
del pacífico que dobla en Kilómetros, pasa por desierto y hasta el momento no
hay una red de albergues establecidos o institucionalizados que den apoyo a
migrantes, como en otras rutas.
En el caso de Mazatlán no se cuenta con un
albergue que atienda exclusivamente a migrantes. En el mes de Febrero de
2013, se creó un comedor “divina
providencia” para personas indigentes,
madres solteras, migrantes (trampas como ellos los conocen) atendido por
integrantes voluntarias y voluntarios de la Parroquia de San Carmen y la casa
Hogar. Una vez al mes les toca hacer comida, limpiar y atender a cualquier individuo que llegue a comer nos
dicen - “Gracias a dios, podemos ayudar a esta gente que llega con hambre, más
a los trampas que tienen días sin probar un bocado” - “viera usted, que
satisfacción da cuando te dan las gracias, y te dicen que no habían probado
comida”.
-¿Cuántas personas vienen diario? “Pues,
no llevamos control todavía, vamos empezando, pero si llegan más de 30
personas, de vez en cuando un trampa, para esto voy con los guardias de la
caseta del tren para que les diga que asistan al comedor, hace como tres
semanas ya tenía a 3 hondureños esperándome, abro a las 8:00a.m. Me habían ganado, después me entere que el
tren llega a las 7:00 a.m.”
-¿Cuáles son los riesgos que usted
considera que sufren los migrantes? “Sufren mucho, principalmente falta de
alimentos y agua, robos, los golpean, una vez nos llegó una muchacha violada no
sé cuántas veces”.
-¿Y aquí en Mazatlán? “Pues mire, ahí donde encierran al tren, se tienen
que bajar los trampas y ahí ya los esperan unos delincuentes por la colonia
Santa Elena, los asaltan, les pegan, por eso dicen ellos, ‘agarramos piedras,
palos y nos venimos en bola, así es más difícil que nos hagan algo’. Sabe que
nos falta aquí dice la señora Ulbina - “que nos organicemos y ayudemos más a
estas personas, aquí al comedor le falta mucho, a veces se quieren bañar y pues
no tenemos”.
En palabras de
Nacayama (1991: 18) “El sinaloense
ha alcanzado una triste fama de matón, la que se ha venido justificando con el
alto índice de asesinatos que registra la entidad. El machismo del mexicano es
también común al él y hace que muchos se sientan”. La percepción que tienen los migrantes sobre Sinaloa, se está por
subjetividades, selectiva o temporal, y en especial por Mazatlán, es debido a
la inseguridad que prevalece en la región, sumado a esto, se puede plantear la
generalidad de “ser sinaloense” la manera de cómo te ven los otros “rudo”,
“salvaje”, “violentos”, “narcotraficantes” o en palabras del historiador
sinaloense “decidores, broncos,
generosos, incultos, alegres, apáticos, confiados y dueños de una franqueza que
raya en la grosería, pero en el fondo poseen características…que marca su
esencia y presencia en la nacionalidad mexicana” se explica por la opinión dividida generada
por los migrantes sobre los sinaloenses “encontramos manos amigas” “afuera de
la estación Mazatlán es lo más peligroso”.
Si bien, estudios como el de FM-4 han
reportado en su primer diagnóstico que el estado más violento para los
migrantes centroamericanos por la ruta Occidente es Sinaloa y así mismo lo
manifiestan los migrantes. En una nota publicada en el periódico La Jornada
Jalisco[8],
tres migrantes entrevistados por la organización, Martín, Carlos, Brayan y un sinfín de migrantes
que deciden arriesgar su vida y dejar su pueblo para ofrecer algo mejor a su
familia, coinciden en que la parte más
peligrosa para cruzar es Mazatlán, ahí prefieren viajar en camión, de lo
contrario su vida corre más peligro. Esta es la primera vez que Brayan emprende
el viaje en busca del sueño americano, confía en que llegará bien a la
frontera: “Creo que Mexicali ya no está tan lejos, nada más hay muchos
problemas en Mazatlán, dicen que ahí roban y todo, yo no sé, pero nos han dicho
que hay mucha gente violenta”.
Según palabras del
padre Solalinde activista de los derechos humanos en Oaxaca, el cártel de Sinaloa tiene mejor actitud con
migrantes “a diferencia de Los Zetas, los miembros
del Cártel de Sinaloa no han secuestrado ni goleado a los migrantes, por lo que
aunque sea más largo el tramo, quien busca llegar a los Estados Unidos en busca
de mejoras prefiere hacerlo por la ruta de occidente”. Expresó "Los Zetas, como ningún otro cartel, es
el único cártel que los ha secuestrado, que los ha golpeado, lo que les ha
hecho, híjole...".
“Sin embargo, muchos ya han estado
prefiriendo tomar la ruta de occidente, porque ellos no saben mucho, pero
tienen la idea de que el Cártel de Sinaloa no los secuestra, el Cártel de
Sinaloa no los trata como mercancía... entonces ha mostrado una actitud
diferente con ellos y aunque sea más largo, se van por aquí". (Periódico Noroeste/ mayo 2013).
La violencia en el estado de Sinaloa es un problema
estructural que sin duda, se reconoce que cualquier ruta que tomen los
migrantes centroamericanos para llegar a su destino Estados Unidos, es difícil
y peligrosa, el solo hecho de ser indocumentados los torna más vulnerables, los
migrantes que sufren abusos no lo denuncian, por dos razones, primero, para
evitar ponerse en manos de la autoridad, y segundo porque en México la
impunidad es alta, ya que sólo el 22% de los delitos se reportan a las
autoridades y únicamente en el 15% de los casos se inicia una averiguación
previa.
Conclusiones
La migración indocumentada aparece para
muchos centroamericanos, hombres y mujeres, como el único medio para salir de
la pobreza y buscar condiciones que permitan obtener recursos para vivienda,
educación y alimentación, es decir, mejorar su calidad de vida o de movilidad
social. Su particular situación de indocumentados configura la vulnerabilidad
de los migrantes, los obliga a asumir riesgos y condiciones de vida de personas
de segunda categoría en el país al que llegan, la cual se manifiesta en todos
los peligros asociados a su desplazamiento. Deben sortear peligros e
inseguridades cotidianas, que pasa por la explotación y la persecución
migratoria de algunos gobiernos que quieren legitimar, el concepto de seguridad
nacional. Todo migrante centroamericano que decide realizar su viaje sin
documentos está marcado por esa auto-identidad de ilegalidad.
Migrante es aquel individuo que deja su
país para viajar a otro. Es un sujeto, un ser humano, una persona, es activo, explorador,
conocedor de otras nacionalidades -podemos identificar su origen y se puede
convertir de otro país o del mundo, pero jamás dejara de ser de su propia
nacionalidad- viaja, explora, se
arriesga a lo desconocido y muy raras veces es entendido.
Hablar del migrante, ya no se puede
plasmar en una tipología, señalar sus características y motivos, decir migra
por la pobreza, por la violencia, la guerra, un desastre natural o
recientemente por aspiraciones personales. Es por supuesto un proceso que incluye
el debate continuo acerca de la identidad del migrante que responde a las
entrevistas y encuestas. Como ha indicado Chambers, (1995:46) “La identidad
se constituye en el punto inestable donde las ‘inexpresables’ historias de la
subjetividad se cruzan con las narrativas de una historia, de una cultura. En
ese pasaje, y a través del sentido de lugar y pertenencia que allí construimos,
nuestras historias individuales, nuestros impulsos y deseos inconscientes
asumen siempre una forma contingente, en
tránsito, que no tiene meta ni final.”
Es así que los migrantes
centroamericanos responden a una manera específica en el paso por México
preguntas acerca de sus redes sociales, de sus apoyos y vulnerabilidades,
incluso de su experiencia migratoria y la de sus familiares y comunidades de
origen según se hallen al inicio de su tránsito, en un lugar intermedio o
cuando están a punto de cruzar la frontera norte de México.
Para analizar este proceso se necesita
observar a los migrantes como sujetos con identidades múltiples, con una
cultura específica de la migración y con una experiencia concreta según el
tiempo y lugares donde se desarrolla su experiencia como migrante en tránsito.
Lizárraga Ramos, A. (2014). DERECHOS HUMANOS; LOS INDOCUMENTADOS EN TRÁNSITO POR MAZATLÁN, SINALOA . (U. A. Sinaloa, Ed.) ARENAS 38(38), 72-83.
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© Estudiante de la Maestría en Ciencias Sociales de la UAS. En proceso
de graduación.
[1]Previsiones de la OIM basadas en DAES, 2009. Estas estimaciones son poco
precisas ya que entre el 10
y el 15% de los actuales 214 millones de migrantes internacionales se
encuentran en situación irregular.
[2] United Nations Economic Commission
for Europe (UN/CE), International Migration Bulletin, 1993, núm. 3, p.16. www.unece.org/pau/pub/migr/bull3.pdf.
Consultado 7 de mayo del 2007. En Anguiano Téllez, María Eugenia; Corona Vázquez,
Rodolfo: (2009) Flujos migratorios en la frontera Guatemala-México.
ColecciónMigración. p249
[3]Ícduygu, Ahmet, “Thepolitics of international Migratory Regimes:
Transit Migration Flows in Turkey”, en International
Social ScienceJournal, UNESCO, 2003, vol.52, núm. 165 pp. 357-367.En
Anguiano Téllez, María Eugenia; Corona Vazquez, Rodolfo: (2009)Flujos
migratorios en la frontera Guatemala-México. Colección Migración. P. 249.
[4]Se hace
referencia a eventos porque una persona puede transitar por México con destino
a Estados Unidos en más de una ocasión durante el mismo año.
[5]Aunque ofrece una definición menos amplia que el uso común de la
palabra «migrante», la Convención de Trabajadores Migratorios define a las
personas que protege de la siguiente forma: «toda persona que vaya a realizar,
realice o haya realizado una actividad remunerada en un Estado del que no sea
nacional». Pero excluye a diplomáticos, inversionistas, refugiados y
estudiantes (ctm, art. 2.1). «A los efectos de la presente Convención, el
término “familiares” se refiere a las personas casadas con trabajadores
migratorios o que mantengan con ellos una relación que, de conformidad con el
derecho aplicable, produzca efectos equivalentes al matrimonio, así como a los
hijos a su cargo y a otras personas a su cargo reconocidas como familiares…» (ctm, art. 4). En
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1870-75992011000100007&script=sci_arttext.
[6] El 15 de junio de 2009, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
presentó el Informe Especial sobre los casos de secuestro en contra de
migrantes.
[7] Consultado en www.amnesty.es el día 12 de Mayo de 2012.
[8] Publicado el día 13 de Agosto de 2012, http://www.lajornadajalisco.com.mx/2012/08/13/viajar-en-la-bestia-apuesta-de-alto-riesgo-en-busca-del-progreso/
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