TEORÍA: SOCIOLOGÍA
REFLEXIVA Y CAMPO CIENTÍFICO
En este ensayo reflexionamos --con base
en Pierre Bourdieu-- sobre el ámbito de la ciencia como campo de fuerzas, sobre
el concepto de habitus en ese campo,
sobre la especificidad desde donde se sitúa el autor, sobre la construcción
rigurosa de un objeto de estudio que exige pensar relacionalmente, romper con
la dicotomía teoría-método, y asumir una actitud crítica frente al saber
establecido como verdad. Además, discurrimos acerca de la exigencia de
autorregulación epistemológica y sobre una serie de orientaciones para regular
la propia práctica científica del autor.
Gilberto Giménez (2002) sitúa la obra de
Bourdieu entre las teorías sociológicas contemporáneas, y que el propio autor
clasifica su construcción teórica dentro de la corriente “constructivista”. Por
su parte, Loïc Wacquant (2005b) explica que la sociología reflexiva de Bourdieu
reside en la manera en que produce, utiliza y relaciona conceptos individuales,
teorías sustantivas, prescripciones metodológicas y las observaciones
empíricas. Es el modus operandi y no
su opus operatum.
Esta manera de hacer y pensar la
sociología busca “realizar la diseminación de armas de defensa contra la
dominación simbólica” (Bourdieu, Ibíd.:
20), y también es “una invitación a pensar más allá de Bourdieu, y contra él” (Ídem). Contrario a lo que nos ha
enseñado la filosofía clásica sobre “buscar en el ‘sujeto’ las condiciones de
la objetividad y de los límites de la objetividad que instituye” (Bourdieu y
Wacquant, 2005: 299), la sociología reflexiva nos instruye que “debemos buscar
en el objeto [de estudio] construido por la ciencia las condiciones sociales de posibilidad del ‘sujeto’ […] y los límites
posibles de sus actos de objetivación” (Ídem).
De esta manera, podemos estar contra las soberbias absolutistas de la
objetividad clásica, pero sin caer en el relativismo. Entonces, a cada avance
en el conocimiento del objeto científico, corresponde un adelanto en el
conocimiento de las condiciones sociales de producción de sujetos científicos,
e inversamente.
Bourdieu (2003) ha desarrollado la nueva
sociología de la ciencia que pone la atención en la circulación y el proceso de
consagración y de universalización de los trabajos, que dependen de las
posiciones ocupadas por los científicos en la estructura del campo científico.
El espacio de las posiciones dirige las estrategias y las interacciones. Esta
propuesta relaciona la ciencia de los científicos y la ciencia de las obras
científicas.
La noción de campo, según Bourdieu,
rompe con la visión interaccionista ya que existen relaciones de estructuras
objetivas que dirigen las prácticas entre los laboratorios y entre los
investigadores, y que la visión relacional o estructural se asocia a una
filosofía disposicionalista de la acción. Y “sólo una teoría global del espacio
científico, como espacio estructurado de acuerdo con unas lógicas a un tiempo
genéricas y específicas, permite entender a fondo cada uno de los puntos de ese
espacio, laboratorio o investigador aislado” (Ibíd.: 64).
El campo científico, a diferencia de la
noción de profesión como apariencia de neutralidad, es un campo de fuerzas
dotado de una estructura de capitales que permite a los agentes científicos que
poseen mayor capital, poder sobre el campo, sobre los agentes menos dotados de
capital, sobre el derecho de admisión y conduce la distribución de los
beneficios. El campo es un terreno de luchas donde los agentes dotados de
recursos distintos se enfrentan para conservar o transformar las correlaciones
de fuerza existentes. El laboratorio es un subcampo que está en una posición de
la estructura del campo disciplinario particular, que tiene una autonomía
relativa, y en su interior es un espacio de juego de posibilidades e
imposibilidades de las disposiciones de los agentes para obtener una mejor
posición.
La noción de campo pulveriza la
oposición entre consenso y conflicto, aniquila la visión idealista de comunidad
solidaria, pero se opone asimismo a la visión de la vida científica como
“guerra”. Bourdieu, dice que “los investigadores, al igual que los artistas o
los escritores, están unidos por las luchas que los enfrentan, e incluso las
alianzas que pueden unirlos tienen siempre algo que ver con la posición que
ocupan en esas luchas” (Ibíd.: 85).
El margen de libertad, dado las estrategias y sus posibilidades de éxito,
dependen de la posición que ocupa el agente en la estructura.
En otras palabras, el campo científico
es un conjunto de recursos, capitales, disposiciones, habitus, prácticas, métodos, epistemologías, paradigmas, teorías,
disciplinas y agentes. Es un campo de fuerzas, lucha y poder relacionado con la
posición del científico dentro de la estructura interna del campo y en relación
con otros campos de la ciencia. El campo científico posee autonomía relativa y
cierta libertad para proponer y llevar a cabo las prácticas y las labores.
Pero, estar en un espacio de este tipo significa utilizar las teorías y
métodos, prescritos y legítimos. Y cambiar de posición en el campo significa
que ha sido reconocido el científico por su trayectoria, invención e innovación.
El concepto habitus nos ayuda a entender la lógica del campo científico de un
sentido práctico ya que, según Bourdieu, “reintroducir la idea de habitus equivale a poner al principio de
las prácticas científicas no una conciencia conocedora que actúa de acuerdo con
las normas explícitas de la lógica y método experimental, sino un ‘oficio’” (Ibíd.: 73). Cabe decir, que la práctica
es subvalorada y poca analizada, sin embargo, para comprenderla se necesita
poner mayor competencia técnica que para comprender una teoría. Es común que
los científicos o investigadores, a falta de una teoría adecuada de la
práctica, no saben adquirir y transmitir un conocimiento auténtico de sus
prácticas. Entender la práctica del científico permite ver un sistema de disposiciones
generadoras y estrategias que se ponen en juego para obtener un resultado. Es
decir, la práctica refleja un procedimiento esencial. El habitus científico es una teoría realizada e incorporada. Para
Bourdieu los habitus disciplinarios
están vinculados a la formación escolar, y los habitus especiales vinculados a la trayectoria, tanto fuera del
campo como dentro de él.
El habitus
toma formas específicas según las especialidades. Así, existen momentos en que
un objeto hace converger a dos o más disciplinas como la física y la Química,
que hace posible la física cuántica y la ciencia atómica, la Química y la
biología que logró la medicina moderna y los medicamentos, la política, la
sociología y los estudios culturales, permiten los estudios electorales, de
participación y democracia. Por su parte, en los estudios sobre las migraciones
internas e internacionales, se emplean habitus
y métodos de diversas disciplinas como de la antropología, sociología y
economía para estudiar la migración, por ejemplo, a consecuencia de la pobreza,
desigualdad, falta de empleo, salarios bajos y subdesarrollo; para estudiar la
migración desde la cultura y la modernidad; para estudiar la migración forzada
como consecuencia de la inseguridad y la violencia del crimen organizado;
además, para estudiar la migración a partir de las políticas de los Estados y
los derechos humanos.
De acuerdo a Bourdieu, el capital
científico “es un conjunto de pertenencias que son el producto de actos de
conocimiento y de reconocimiento realizados por unos agentes introducidos en el
campo científico” (Ibíd.: 100) y dotados con una percepción diacrítica que
“les permiten establecer las diferencias pertinentes, de acuerdo con el
principio de pertinencia constitutivo del nómos
del campo” (ídem). El migrantólogo,
como cualquier otro investigador, posee un capital científico que ejerce con
categorías de percepción para conocerlo y reconocerlo.
También señala que “cada una de las
disciplinas (vista como campo) se define a través de un nómos especial, un principio de visión y de división, un principio
de construcción de la realidad objetiva irreductible al de cualquier otro
principio” (Ibíd.: 94), es decir,
como formula Saussure: el punto de vista crea el objeto, que es constitutivo
del punto de vista disciplinario. Por su parte, Gilberto Giménez (2003) dice
que “hablar de los límites del conocimiento y de las convergencias
disciplinarias en las ciencias sociales equivale a plantear directamente un
problema epistemológico” (p. 23). Y éste sólo puede ser afrontado por “una
metateoría que las trascienda y a la vez las abarque en su conjunto”: la “epistemología de las ciencias sociales”. Y el
punto de convergencia va a ser la historia en sentido amplio. Las ciencias
sociales se inscriben en el campo de las ciencias históricas, debido a que su
objeto no puede disociarse de un determinado contexto espacio-temporal. “Éste
puede ser de mayor o menor amplitud (micro-contextos, áreas de civilización,
largos periodos históricos, etc.)” (p. 34), que siempre estará presente de modo
implícito o explicito, en la descripción o teorización de los fenómenos
histórico-sociales. Es “un régimen conceptual ligado a la forma de presentación de los fenómenos sociales”
(p. 35).
En la construcción del objeto, según
Bourdieu (2005), lo importante es el rigor. El poder de un modo de pensar se
manifiesta mejor en la “capacidad de transmutar objetos socialmente insignificantes
en objetos científicos”. O bien: “aproximarse a un objeto socialmente
significante fundamental desde un ángulo inesperado” (p. 274). Esta libertad o poder debe acompañarse del rigor. El rigor
es la vigilancia, ya que el actor mismo actúa de manera heterónoma en el campo
de las ciencias sociales.
El científico debe pensar en términos
relacionales, y es absurdo separar el proceso teórico y el método. Es decir,
las opciones técnicas más "empíricas" no pueden relegarse de las
opciones más "teóricas" que involucra la construcción del objeto.
Pero, puede suceder que en función de una determinada construcción del objeto,
se vuelven imperativos tal técnica de recolección o análisis de datos, tal
método de muestreo, etcétera. De una manera más precisa, “sólo en función de un
cuerpo de hipótesis derivadas de un conjunto de presupuestos teóricos,
cualquier dato empírico puede funcionar como prueba [o evidencia]” (Ibíd.: 279). Por lo tanto, se debe
movilizar todas las técnicas que sean relevantes, pertinentes y utilizables, de
acuerdo a la definición del objeto y las principales condiciones o
circunstancias de la recolección o producción de datos.
La vigilancia a los detalles del proceso
de investigación, cuya dimensión social no es la menos importante, respecto a
considerar a los instrumentos teóricos como campo, habitus, capital, etc., que mejor ponerlos en acción y hacerlos
trabajar. Bourdieu, afirma que “la noción de campo funciona como abreviatura
conceptual de un modo de construcción del objeto que comanda, u orienta, todas
las elecciones prácticas de investigación” (Ibíd.:
282). Así, la noción de campo nos exige resistir la tendencia a pensar el mundo
social de manera sustancialista, y que debemos más bien, pensar
relacionalmente. Cabe señalar que una de las dificultades principales de un
análisis relacional es que casi siempre los espacios sociales se dan a conocer
bajo la forma de individuos o instituciones concretas, ya que los datos
disponibles están adyacentes a ellos.
Para ello el autor propone la
utilización de un instrumento de construcción del objeto: un cuadro de las
propiedades pertinentes de un conjunto de agentes o instituciones. Este
instrumento no se realiza de golpe sino por ensayo y error, se logra construir
progresivamente los espacios sociales. Así pues, el instrumento puede
obligarnos a un pensamiento relacional tanto de las unidades sociales como de
sus propiedades, y que pueden ser caracterizadas en presencia y ausencia, o de
grado.
La construcción del objeto científico
requiere la separación con el sentido común tanto de las organizaciones
sociales como de los participantes. No hay que sentirse satisfecho con las
representaciones compartidas por todos. No hay que sentirse cómodo en nuestra
investigación. Pero, de acuerdo a Bourdieu, esta ruptura se puede llevar a cabo
con “la historia social de los problemas, objetos e instrumentos de
pensamiento, […], dentro de la historia del trabajo de construcción social de
la realidad, […], que lleva acabo el mundo social como totalidad o este o aquel
campo especializado […]” (Ibíd.: 293).
Y urge a realizar una historia social de las ciencias sociales. En éstas, las rupturas
epistemológicas con frecuencia son sociales: rupturas con las creencias
fundamentales de un grupo, rupturas con las creencias centrales del cuerpo de
profesionales y de certezas compartidas. Practicar la duda radical en
sociología es similar a volverse un marginal. Por tanto, no hay que sentirse
cómodo con nuestras creencias, puesto lo que se requiere es mayor reflexividad.
También debemos revisar el lenguaje ya
que es un depósito de pre construcciones naturalizadas e ignoradas como tales,
que llegan a funcionar como “instrumentos de construcción inconscientes” como
algunas taxonomías ocupacionales, categorías del INEGI de México e INSEE de
Francia, que son ejemplos de conceptualización burocrática. Para producir
ciencia, deben sobrepasarse las apariencias de cientificidad y por qué no,
objetar las normas vigentes y los criterios usuales del rigor científico. Dice
Bourdieu, “la verdadera ciencia, a menudo, no consiste tanto en mirar hacia
delante y mover la ciencia en esa dirección sino en tomar el riesgo de no
desplegar todos los signos exteriores de cientificidad” (Ibíd.: 302).
Por último, la lectura de los textos nos
enseña que la metodología de la investigación no consiste en seguir un método o
unos pasos solamente, sino en el control y supervisión de que el procedimiento
articule los elementos teóricos, empíricos y técnicos, lógica y coherentemente.
Así, con estas ideas sintetizamos las aportaciones de los textos presentados
que pueden beneficiar a un proyecto de investigación (por ejemplo el personal: Emigración forzada de familias por la
violencia en Sinaloa. Experiencias y consecuencias del desplazamiento,
2006-2014), que son las siguientes:
1.
Mantener
una actitud de reflexividad.
2.
Ubicar
el campo de estudio de la migración como campo de fuerzas y de lucha,
relacionado con la posición del migrantólogo dentro de la estructura interna y
en relación con otros campos de la ciencia.
3.
Cambiar
de posición en la estructura del campo significa que ha sido reconocido el
investigador por su trayectoria e innovación.
4.
El
campo está dotado de una estructura de recursos, capitales, disposiciones, habitus, prácticas, métodos,
epistemologías, paradigmas, teorías, disciplinas.
5.
El
campo de estudio de la migración posee autonomía relativa y cierta libertad
para proponer y llevar a cabo las prácticas y la labor científica.
6.
Los
migrantólogos están unidos por las luchas que los enfrentan y por las alianzas.
El campo no es neutral.
7.
Vigilar
los detalles del proceso de investigación.
8.
Pensar
en términos relacionales y no separar el proceso teórico y el método.
9.
Ubicar
o construir al objeto de estudio con rigor. El rigor es vigilancia, ya que el
migrantólogo mismo actúa de manera heterónoma en las ciencias sociales.
10.
En
la construcción del objeto, realizar un cuadro de las propiedades pertinentes
de un conjunto de agentes o instituciones.
11.
Separación
con el sentido común tanto de las organizaciones sociales como de los
participantes.
12.
Cuidar
el lenguaje. Estar vigilantes de las taxonomías y categorías burocráticas.
13.
Reflexionar
sobre la técnica que se está utilizando y los datos que debemos utilizar.
14.
Los
límites del conocimiento sólo puede ser afrontado por “una metateoría que las trascienda y a la vez las abarque en
su conjunto”, lo que llamamos “epistemología de las ciencias sociales”.
15.
Y
el punto de convergencia entre las disciplinas o especialidades es la historia
en sentido amplio, ya que su objeto no puede disociarse de un determinado
contexto espacio-temporal.
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· Sociólogo. Realizó sus estudios de Licenciatura y Maestría en la
Facultad de Ciencias Sociales de la UAS. Ha colaborado en el Cuerpo Académico
de Migración y Desarrollo Regional de la Facultad de Ciencias Sociales.
Actualmente estudia el Doctorado en Ciencias Sociales en la U de G
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